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Que la prevalencia de la tipo 2 aumentaba con la edad era algo que se sabía, de hecho en España el 30,7 por ciento de los varones mayores de 75 años y el 33,4% de las mujeres de esa misma edad la padecen. El problema es que en las próximas dos décadas esta patología será especialmente significativa en los mayores de 65 debido a los problemas de obesidad y sobrepeso en la población infantil y juvenil, que en España es una de las mayores de Occidente.
El sedentarismo y la ingesta excesiva de calorías contribuyen a tener ese exceso de peso tan perjudicial que afecta al 60% de la población española.
Según afirma el doctor Ricardo Gómez Huelgas, Coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad, «casi el 90% de los pacientes con diabetes tipo 2 presenta sobrepeso u obesidad, de manera que si estos factores desaparecieran, la diabetes sería una enfermedad mucho menos prevalente y con un impacto sociosanitario mucho menor».
El paciente diabético tiene un alto riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares y otras enfermedades, como infecciones, depresión, fracturas de huesos y cáncer. Pero además, la diabetes es la principal causa de ceguera en adultos, enfermedad renal avanzada y amputación no traumática de miembros inferiores.
En este sentido y con el objetivo de que se cumpla el tratamiento, el doctor Gómez Huelgas afirma que «los pacientes con diabetes requieren un abordaje individualizado, integral y multidisciplinario, adaptado a sus necesidades».
Por ello, el control de la glucemia debe acompañarse de un control integral de los demás factores de riesgo, como la presión arterial y los lípidos, basándose en un estilo de vida saludable.
La diabetes en ancianos
Cómo tratar a las personas mayores con diabetes es uno de los retos que los expertos tildan de «importante reto» tanto desde el punto de vista clínico como de salud pública, ya que son pacientes más frágiles y con una serie de peculiaridades que condicionan su manejo diagnóstico y terapéutico.
Según el doctor Francesc Formiga Pérez, médico del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Bellvitge, «el paciente anciano diabético presenta una serie de dificultades como: elevada comorbilidad, presencia de síndromes geriátricos, importante prevalencia de polifarmacia, frecuentes situaciones de dependencia y de aislamiento social y, especialmente, un alto riesgo de hipoglucemia. Pero además, se ha asociado la diabetes tipo 2 con un mayor deterioro funcional, haciendo que el manejo de la diabetes en pacientes ancianos sea más complicado que en otros pacientes más jóvenes».
Justo en estos pacientes donde se hace más necesario un tratamiento individualizado que además incorpore las opiniones de los mismos: «Las opciones terapéuticas de este grupo son las mismas que en los jóvenes, pero las complicaciones que presenta el paciente diabético frágil hacen que las metas sean claramente diferentes y se centren no tanto en aumentar la esperanza de vida, sino en su calidad», matiza el doctor Formiga Pérez.
Así, los objetivos que se persiguen con el tratamiento de la diabetes tipo 2 en el anciano son: en primer lugar, evitar una discapacidad o su progresión en caso de existir; en segundo lugar, evitar los efectos secundarios debidos al tratamiento, en especial los que están asociados al deterioro de calidad de vida; y en tercer lugar, tener una visión global del paciente para poder llevar a cabo un tratamiento que se adecue a sus características y necesidades para evitar complicaciones.
Fuente: eldiariomontanes.es
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